Wednesday, August 31, 2011

El ocaso
de mirate
se estremece
entre
el no saber...
y el no querer
detenerse

Wednesday, June 15, 2011

¿Que te decían mis ojos? Me preguntas. Yo realmente no se que responder. Parecían hablar un idioma distinto. Lejanos al español tuyo y al inglés mío.

Decían mírame, pero no demasiado. Déjame sentirme especial y admirada, experimentar la sensación de tus ojos por mi piel. El baile de tus pupilas por mi pelo. Pero no me observes con tanta insistencia, no permitas que me sienta yo tan tuya que no pueda contenerme.

Dicen háblame, pero no me lo digas todo. Déjame escuchar tu delicioso acento, las mil maravillas que tienes por decirme, que me pierda en el inmenso mar de tu voz. Pero no me digas todos tus secretos, no permitas que mi presa se desborde.

Dicen bésame, pero no en este momento. Déjame disfrutar por horas eternas de este preludio. Que este prologo se haga eterno. Que estas ganas no desaparezcan. No me beses aun, para que el deseo de tus labios me perdure por siempre.

Dicen tócame, pero aun no me hagas tuya. Que solo pueda sentir el roce de tu mano con la mía. Tus dedos jugueteando con mi pelo y delineando mis labios. No me tomes aun, déjame sentir mi cuerpo presionado contra el tuyo, derretirme ante la calidez de tu pecho.

Decían, tus ojos decían tantas cosas. ¿O eran quizás los míos los que estaban hablando?


Thursday, June 02, 2011

Wednesday, March 09, 2011

Se recarga sobre el mármol. La frialdad la quema de pronto. Se retira rápidamente. Y en unos instantes ya esta recargada de nuevo. Se retira una vez mas, se vuelve a juntar. No sabe cuando ha comenzado este pequeño juego de sentir la diferencia de temperaturas en su espalda. Esta de pie, en medio de la sala de espera. Con la espalda recargada hacia una columna que de pronto se ha convertido en su juguete erótico. Se vuelve a juntar y el frió le recorre la espalda enviándole un latigazo a la entrepierna. ¿Cuándo fue que comenzó a disfrutar de todos estos juegos? Se sonríe de pensar que sin duda todo esto es la influencia de él en su vida. Se recuerda esta mañana recorriendo las tiendas del centro de la ciudad en busca de una blusa que comprar. Todo el tiempo no podía mas que pensar en él. Que le gustara? Algo sexy? Algo lindo? Algo cachondo? En cuanto vio esta blusa negra supo que esa era la indicada....era una prenda de vestir que le dejaba prácticamente toda la espalda descubierta...elegante....sexy....que mostraba mucho y no mostraba nada. Y era esa misma prenda la que ahora le permitía jugar este movimiento erótico con la columna de mármol. Se arrepegaba para sentir la frialdad en toda su espalda, la disfrutaba enfriando cada poro de su piel, y luego se alejaba para sentir como el calor de su cuerpo retornaba lentamente. Se le mojó la entrepierna por la anticipación. Se sentía como una hoguera en fuego que le parecía tan difícil ocultar su excitación a las demás personas. Sabía que él la conocía perfectamente y estaba enterado de cuanto la excitaba la incertidumbre. La espera. La anticipación.
Por fin aparece. Ella sonríe, esa sonrisa pequeña que de pronto brota enorme. El se detiene a unos cinco metros de ella y simplemente la mira. Ella no sabe que hacer y solo lo mira de regreso. Ese momento tan especial donde las palabras sobran y los ojos dicen mil verdades. Ella quiere decir algo, pero lo único que le sale de los labios es un “hola” tenue. Se acerca lentamente. Le tiemblan las piernas al oler su aroma. Siente mariposas en el estomago al estar frente a él. Todas esas sensaciones que le provoca, todos esos sentimientos, ¿cuando fue que comenzó todo esto? ¿Cuando fue que se convirtió en el dueño de todos sus momentos espontáneos, de sus mas recónditas fantasías?. Las palabras están perdidas. Así que solo atina a darle la mano y pedirle con ella que la siga. Camina delante de él, sintiéndola calidez –cachondez- de su mano en los dedos. De pronto se vuelve para decirle algo y se encuentra con su mirada recorriendo su pelo como cascada cayendo sobre su espalda desnuda. Un escalofrió le recorre la piel nuevamente. Le encanta cuando la hace sentir tan sexy, tan deseada, tan suya. Camina lentamente, sintiéndose la mujer mas bella, conocedora de que él la mira con detenimiento. Disfruta tanto esos momentos en los que se sabe seductora, en los que sabe perfectamente que esta excitándolo. Hay tantas cosas que quisiera preguntarle, tantas dudas que le corren la mente, tantas historias por platicar, pero por ahora el silencio es amo y señor de la situación. De pronto siente su mano sobre la espalda. Casi se viene en dos segundos. Sus manos, esa sensación tan añorada. El la toca con sus dedos, como por enesimita...ella comienza a resoplar....voltea de pronto con la intención de besarlo ya de una vez....pero sus ojos la detienen...esos ojos...esa mirada que no puede resistir...esa mirada que la obliga a detenerse y a disfrutar tan solo del momento, de su mirada...de ver como el se muerde los labios y sonríe....esa sonrisa tan malvada...esos labios tan besables... ¿que no se supone que una de las cosas que mas ama el de ella es su espontaneidad? ¿Que no debería de tomar la iniciativa y besarlo ardientemente? Se sabe presa de la seducción y quisiera actuar en consecuencia.... el la atrae hacia si y los cuerpos se unen mientras se miran a los ojos, quisiera besarlo ya, decirle que lo desea, pero al abrir la boca solo un gemido se le escapa, se le doblan las piernas y se le contrae la entrepierna en su primer orgasmo. Jura que todo mundo puede escuchar en ese momento su respiración agitada, entrecortada. Su interior está recuperándose del orgasmo reciente, cuando por fin siente sus labios sobre los suyos... ¿o es acaso su lengua? Se le confunden las sensaciones cuando siente una mano tirándole del cabello hacia atrás y la otra apretándola de la cintura. Las manos no le reaccionan, pero sus labios despiertan para besarlo y su boca para tomar esa lengua que la acaricia. Se deja llevar, se siente tan suya, tan complementada. La tormenta es enorme, la presa completamente desbordada la moja por completo. Abre los ojos cuando se da cuenta que las sensaciones la van dejando poco a poco. Se queda solo con el calor que le recorre todo el cuerpo, abre los ojos y lo ve. Esa sonrisa malvada...esa sonrisa de niño cabron...esos ojos...esa mirada....por fin salen palabras de su boca para decirle algo....”Maldito Ivanovish, porque te habías tardado tanto?

Wednesday, March 02, 2011

XVI
Dentro de la regadera. Completamente empapados. Con la ropa aún puesta. ¿Donde fue que nació esta idea loca? ¿Fueron acaso tus ganas de que lloviera mientras cenábamos en a la luz de la luna? ¿O fue quizás mi deseo de ver tu cuerpo mojado mientras bebíamos vino tinto? Quizás nació cuando bailábamos lentamente, los cuerpos pegadísimos, en la azotea de tu departamento. No lo sabemos a ciencia cierta, tan solo recordamos una caminata larga para llegar a tu departamento, una platica sin parar, como siempre nos pasa, con miles de temas que a veces no tienen interconexión, una platica envuelta de miradas de deseo y sonrisas llenas de picardía. Una caminata en la que el “ojala lloviera en este momento” se escucho mas de tres veces. Una plática donde no fue necesario tomarnos de las manos para saber que éramos el uno del otro. Una caminata que parecía terminar en la puerta de tu departamento y que sin embargo se prolongo, sin palabras con sonrisas tan solo, hasta entrar en la regadera. Las miradas cómplices, las sonrisas traviesas cuando abriste la llave del agua. El gemido de placer entrecortado cuando la primera ráfaga de agua helada nos baño los rostros. El sentir como poco a poco la humedad nos penetraba las vestimentas. Ese sentir pesado que cuelga la ropa, esas ganas de desprendérselas. La temperatura del agua que iba en aumento, ¿o eran acaso nuestros cuerpos los que comenzaban a arder? Las palabras que se escapan completamente. Tu mirada en la mía. Tus labios tan cerca. El agua que te escurre por el rostro. Las ganas, las malditas ganas. El tomarte de la cintura y atraerte hacia mí. El que se sienta todo tan natural, tan destinado a que suceda. Tus labios sabor a agua, tu lengua sabor saliva de vino tinto (¿o era tequila?). Tus dientes en mi labio inferior. Mis manos en tu cadera. Tus manos desgarrando los botones de mi camisa. Mis manos liberándote de tu blusa. Tus labios en mi pecho. Mis manos batallando con el cierre de tus jeans. Tus uñas en mi espalda. Mi lengua en tu pecho. Tu voz en mis oídos: “hazme el amor, por favor, hazme tuya ya.” Mis dientes quitando, lentamente, tus tangas. El agua que nos recorre completos y desnudos. Cuerpos que en lugar de resbalarse se funden uno con el otro. Tus piernas alrededor de mi cintura, mis manos en tus nalgas. Tus manos alrededor de mi cuello, mis piernas empujándote contra la pared. Nuestros ojos que nunca se cierran, que se miran, que se adorna, que quieren a prenderse cada momento de la primera vez que se pertenecieron.

Sunday, January 23, 2011

Me acompaño de ángeles y querubines
para hincarme ante tu presencia
mujer pura y etérea
dueña de mis pasiones
y desconsuelos
Te hablo en silencio
mientras tú me ignoras
te busco entre templos
cientos de historias

Tan solo calla y mira
siente como me embriago
dulcemente con tu pelo
como te cuento historias
de amor con mis dedos
en una danza erótica
de mis labios con los tuyos

Perdámonos en un tiempo eterno
donde solo existan
tu belleza y mi devoción
mis palabras
y tu consuelo
donde tu saliva sea vino
y tu humedad…
la más purificante de las brisas

Ven,
Enséñame a pecar contigo.
-Ivanovish-

Sunday, January 09, 2011

Quiero llamarte lluvia
Caudal liquido que llega desde las alturas
La impertinencia de millones de gotas que pegan por doquier
Agua bendita que lo mismo provoca vida nueva
que destruye ciudades enteras
–así como destruyes las defensas de este corazón inerte,
¿o es quizás que ya construyes algo?

Quiero nombrarte presa
Contención de miles de emociones en estado liquido
Un estero de pasiones contenido por una muralla de papel
Agua detenida que exige a gritos
ser liberada para siempre
-Desde aquí anhelamos por el desborde que nos muestre
que es todo eso que llevas dentro

Quiero nombrarte Marea
Un cuerpo acuático que se estremece al anochecer
Caderas que van y vienen como poderío de olas
Agua erótica que se revuelca como mar en picada.
-Agua de mar que me provoca con hipnotizante insistencia…
Ven a mojarme en ti.

Wednesday, January 05, 2011

Enredado eternamente a tu mirada. Al mar profundo de tus ojos claros. Marea que crece y se desborda en amazonas que no exigen más respuesta que la estrechez de tu vientre.


Enredado al ritmo de tu cuerpo. Oleada salvaje, ondulante, que teje poesía con tu ombligo claro. Espuma como ola, ola de espuma que se filtra con el color de tu piel. El contorno de tu cuerpo, salvajemente lento.


Enredado a la cadencia de tu pelo. Las ganas de recorrer los contornos sinuosos, sugestivos de tus rizos. El deseo de rozar mis labios con tu cabello, murmurarte las pasiones que me consumen por dentro.


Enredado a ti. Al perenne juego de esperarte. De anhelar que pase lo que acaso no queremos que suceda.

Estamos hechos de sueños, Mujer

¿Que sería de nosotros, los soñadores, si la realidad en un momento nos aconteciera?

Ivanovish

Friday, December 31, 2010

SOLDADERAS

Noche de revolución y soldaderas. De una enorme Virgen de Guadalupe. Palabras que van y vienen -y halagos que sonaban huecos. And suddenly there she was across the room. El pelo desbordándosele por la espalda con la intensidad del Man of Fire de Clemente Orozco.

Las soldaderas juegan a la política on the walls. Yo la miro desde lejos, la admiro en secreto. The best obra de arte dejó de estar en las paredes. Her body tiene la belleza delineada de las esculturas de Sebastián. Her smile is a red-wine sunset in beautiful Guanajuato.

Las soldaderas se divierten en las paredes. She talks to me and yo no puedo evitar perderme en sus ojos. She dares to speak español y su voz te recuerda los alcatraces de Rivera. Te das cuenta de lo poco que sabes, de lo mucho que queda por aprender.

Las soldaderas derrotadas, comienzan a retirarse. Yo quiero decir miles de cosas. Al final, all I can muster is “I really like your hair” when en verdad lo que quería decir es que me encanta la pequeña sonrisa que pones –and that grows slowly until it reaches the beauty in the moons painted by Tamayo- cada vez que te digo lo hermosa que eres.

Las soldaduras quedaron en las paredes. Yo no supe que mas decir por el resto de la noche. The real obra de arte had already left the building.

Sunday, January 25, 2009

El viento, me dijiste. El viento, míralo cuando ya no este. Cuando me recuerdes un poco, sal a mirar el viento. Solo ahí es que me encontrarás. No supe que decir. Siendo honestos, ni siquiera lo comprendí. Lo cargué a la cuenta de todo lo que se dice al momento de la partida.  Las cosas que se dicen sin tener sentido. Te alejaste. Quizás te fuiste para siempre. Tu recuerdo incluye cien orgasmos, dos mil creaciones,  y, por  supuesto, tus besos líquidos por millones. Hoy simplemente no podía con tu recuerdo. Todo lo que hacia te invocaba. Todo lo que tenia me recordaba a ti. Salí de la oficina a despejarme, a liberarme de tu maleficio Vudú. La mente embotada. En el recuerdo lo eras todo. El viento me pegó en la cara. Frío. Helado. El viento, me dijiste. Míralo cuando ya no esté. Dos mil cuatrocientos sesenta y  nueve recuerdos en unos cuantos segundos, Tu. Yo. Nuestro amor de otras vidas. Quien pensaría que un viento helado de enero podría producir una erección tan inmensa? El viento. Míralo. Me dijiste. Eras el viento helado. Acariciándome por todas partes. Eras tu, everywhere. Tarde fría de febrero. 32 grados Fahrenheit.

-Ivanovish-


Friday, January 02, 2009

La dificultad no comienza desde el evento. Se hormiguea lentamente en lo más profundo del torbellino. No salen más las palabras prometidas. Al parecer, predigo, se volcarán solitas desde unos labios de antemano abiertos. Tú te vas a ver historias inventadas en la pantalla grande. Yo me quedo a comer costumbre entre extraños. ¿Cual fue el día en el cual la extrañeza se volvió rutina? Hay sonrisas que se venden. Hay también música de cartón al mejor postor. Yo sigo solo. La incredulidad maldita que a veces me sobrecoge. ¿Será todo esto, acaso, los inicios de la aproximación a la raya de destino? ¿Será este el miedo a alcanzar la terrible profecía de la felicidad perfecta?

-Ivanovish-